Cómo perder grasa con los métodos anticonceptivos
Cuando las mujeres no quieren quedarse embarazadas, normalmente van al médico para que este les recete uno o varios métodos anticonceptivos. Aunque lo que muchas mujeres no hacen, sin embargo, es investigar un poco acerca de los efectos que esto puede causar en el cuerpo, y este, es uno de los primeros errores que puedes cometer si no vas con cuidado.
Seguramente muchas de vosotras entrenéis duro y comáis bien pero no estéis consiguiendo los resultados que buscáis. Para otras, quizás la dieta y el programa que estabais siguiendo funcionó bien durante un tiempo pero ahora se ha estancado. O tal vez la rutina de ejercicios cambie de un mes a otro y no estés siendo todo lo constante que deberías ser con lo que estás haciendo. Por lo que si alguna de estas se aplica a ti, entonces hay algunas cosas que deberías saber.
Hay dos tipos de métodos anticonceptivos:
- Los basados en estrógenos: esta es una combinación de estrógenos y progesterona. Viene en forma de parches, anillos o pastillas. Aunque uno de los efectos negativos que tiene este método es que puede causar una acumulación de grasa tanto en el culete como en las caderas.
- La Progestina: es una progesterona sintética que se administra bien en forma de mini-pastillas o incluso mediante inyecciones. En este caso hay buenas y malas noticias. ¿Las malas? La Progestina causa acumulación de grasa por todo el cuerpo. ¿Las buenas? Que también puede hacer que tus pechos aumenten.
*NOTA: los métodos anticonceptivos entran y salen de tu cuerpo rápidamente, por eso es por lo que necesitáis tomarlos a diario. No obstante, la progesterona puede tener una vida un poco más alargada que podría variar entre 1-4 semanas.
Pero la pregunta es:
¿Por qué los métodos anticonceptivos hacen que las mujeres retengan tanta grasa corporal?
Porque al tomar anticonceptivos, el cuerpo responde de varias formas ante los mismos. Así pues, es posible que los ovarios dejen de ovular o que el “ambiente” no sea el idóneo para implantar los cigotos de manera adecuada. En esencia, esto hace que tu cuerpo piense que está gestando y reaccione iniciando los mecanismos normales de incubación; y cuando se está en esta situación, el cuerpo va a necesitar más nutrientes, es decir: grasa adicional para que el bebé pueda desarrollarse correctamente.
Así pues, tanto los niveles de estrógenos como de progesterona alcanzan su punto álgido en el momento de la ovulación y disminuyen entorno al día 14 desde que se empieza el ciclo menstrual. Estos, bajan aun más a lo largo de las dos semanas siguientes y vuelven a su punto normal cuando empieza la menstruación. Las investigaciones y los estudios han demostrado que los estrógenos reducen el ratio al cual los hidratos de carbono se utilizan durante el ejercicio -pero también incrementa la quema de grasa (incluso durante el ejercicio)- y tal y como se ha demostrado durante los últimos catorce días del ciclo, pueden también aumentar la capacidad del cuerpo para almacenar glucógeno en los músculos.
¿Cómo afectan los métodos anticonceptivos a la dieta?
Bien. Aquí es donde una buena dieta con una cantidad adecuada de proteínas y un buen entrenamiento personal resultan de gran utilidad. Mi recomendación es que si estás utilizando métodos anticonceptivos basados en estrógenos, lleves tus sesiones de entrenamiento hasta el fallo muscular y que estas sean de mucho volumen. La razón es porque cuando los niveles de estrógenos están altos, son anti-catabólicos. Es decir, ayudan a preservar la masa muscular y hacen que tu metabolismo predominantemente queme grasa corporal, por lo que realmente necesitas esforzarte en el gimnasio para vaciar las reservas de glucógeno de los músculos durante las sesiones de entrenamiento. No obstante, no hace falta que vayas obligatoriamente al gimnasio, con hacer unas cuantas series de sentadillas en casa será suficiente.
Este también es el escenario perfecto para practicar ejercicios cardiovasculares, pero más concretamente HIIT. Los ciclos en este caso serían de 1 minuto-suave seguido de otro ciclo de 30 segundos a sprint. Repetido entre 6-10 veces. Este tipo de ejercicios cardiovasculares ayudas a movilizar las reservas de glucógeno y aumentar la movilización de los ácidos grasos. Por su parte, el consumo de hidratos en este método debe estar muy controlado, y no basta con comer carbohidratos solo por la noche. Es mejor hacer una noche de hidratos cada dos-tres días después de la sesión de entrenamiento. Por ejemplo, si entrenas lunes, martes, jueves y viernes, entonces la ingesta de hidratos sería el lunes y jueves durante la primera semana y martes y viernes durante la segunda.
Inciso: si quieres tener una dosis de energía extra durante el entrenamiento, media hora antes puedes tomarte un café y añadirle una cucharada de aceite de coco.
Para aquellas que optéis por utilizar métodos anticonceptivos basados en progesterona, vuestro entrenamiento debería ser de un volumen menor pero, ¡atención!, esto no quiere decir que tenga que ser de baja intensidad. La progesterona es catabólica, por lo que tienes que ser muy consciente acerca de la cantidad de kg que levantas así como el tiempo de descanso entre ejercicios. También, la progesterona permite que los carbohidratos se utilicen de manera eficaz, por lo que este sería el momento de introducir, al igual que hemos explicado más arriba, ejercicios cardiovasculares (HIIT) en ciclos de 4 minutos-30 segundos o 4 minutos-1 minuto al finalizar cada sesión de entrenamiento. Por su parte, la ingesta de hidratos de carbono, en este caso, podría ser más frecuente pero de todas formas tendría que seguir estando controlada.
Para las mujeres, el control de la natalidad parece ser un mal necesario, pero hay que saber que sin duda puede afectar a la pérdida de grasa. Continúa entrenando y comiendo correctamente y sin ninguna duda, serás capaz de mantener a raya la acumulación de grasa corporal mientras sigas estos tratamientos.